Equilibrio perfecto entre contenidos teóricos y prácticos.
Grupos reducidos de alumnado que garantizan un seguimiento individualizado.
Uso de las últimas tecnologías para el desarrollo de los programas.
Comunicación directa con el profesorado, lo que se traduce en un trato individualizado del alumno.
Viajes y visitas a clubes, entidades o centros relacionados con cada una de las áreas de formación. Con el objetivo de ver el desarrollo profesional de los contenidos desarrollados en los programas.
Realización de prácticas curriculares en entidades de renombre, donde poner en práctica los contenidos asimilados durante el curso.